ESPECIFICACIONES:
Ref. : TRRC-115
Sección : TERRACOTAS
País : NIGER
Etnia : BURA
Época de la Pieza : Siglos III al XIII
Materiales / Técnica : Barro cocido, llamado terracota
DESCRIPCCIÓN:
El término Bura se refiere a un conjunto de lugares centrados en un vasto territorio situado en la zona mediana del valle del Níger, que atraviesa durante varios cientos de kilómetros, al oeste de la República del mismo nombre y se prolonga sobre una extensión de 250 por 150 kilómetros en la frontera con Burkina. La zona de la necrópolis de Bura, hacia el sureste, si sitúa en una depresión de un kilómetro de diámetro dominados por toda una serie de promontorios de unos diez a veinte metros de altura. Este lugar, situado a unos 150 kilómetros al norte de Niamey fue descubierto casualmente en el año 1975 y unas excavaciones llevadas a cabo en los años 1983 pusieron de manifiesto unos relicarios, urnas funerarias que aparecieron en las necrópolis.
Según informaciones facilitadas por la UNESCO Bura comprende tres tipos de yacimientos que no son fáciles de distinguir. Un primer yacimiento o zona de excavación formada principalmente por necrópolis, en donde se han encontrado urnas funerarias destinadas a contener parte de la osamenta de los difuntos, principalmente huesos de la cabeza, puntas de flecha y algunas otras de sus pertenencias, también jarrones de alfarería rematados con cabezas antropomorfas, e incluso esqueletos en la zona de Asinda-Sikka, en Karey-Tondi, de donde procede la mayoría de los objetos encontrados; un segundo yacimiento al parecer destinado al culto, como lo demuestran los altares y túmulos encontrados, formados por el amontonamiento de grandes bloques de piedra, en donde han aparecido pequeños objetos destinados a las ceremonias religiosas, pies de vasos, y pequeños fragmentos cilíndricos de cerámica pintados y en tercer lugar zonas con alineaciones de piedras, sin duda vestigio de las viviendas, que denotan haber tenido una presencia humana. Y, junto a ellos, numerosos restos de sílex que indican que allí se tallaban las puntas de flecha y de las lanzas.
El cuello de muchos de estos vasos funerarios, especie de jarras fálicas, está rematado con unas cabezas de rostros planos y ovoides con escarificaciones, todas distintas, o por personajes enteros, incluso montados a caballo, la mayoría en fragmentos. Los análisis llevados a cabo permiten datar esta cultura que floreció al noroeste de Niamey entre los siglos III al XIII. Por los vestigios encontrados se sabe que practicaban el culto a los difuntos. Dentro de unas constantes se han encontrado diversos estilos. Algunas de estas piezas presentan escarificaciones rituales. Una vez que habían cumplido su función en las ceremonias fúnebres eran enterradas, destruidas o recuperadas para los cultos domésticos.
Estas urnas eran enterradas, dentro de una liturgia del culto a los muertos, con la abertura hacia arriba para poder recoger los efectos personales del difunto y víveres para realizar el gran viaje. La urna iba tapada con una cabeza antropomorfa, una figura completa que representa al difunto o según la categoría del personaje un caballero sobre su montura enjaezada. La forma fálica de estas urnas hundidas boca abajo es una alegoría a la fecundación de la tierra y un himno a la vida pues el muerto, enterrado en la urna, vuelve a la vida gracias a su capacidad fecundadora. Es el símbolo de la regeneración, vida, muerte y vida en un continuo devenir.
La parte inferior de la urna presenta una rotura casi semicircular, un orificio importante a media altura y cerca de la cabeza de la urna, en la misma línea que el orificio un pequeño agujero. La superficie de esta urna está decorada con líneas de puntos que se cruzan formando ángulos y diferentes dibujos. El relieve de los dibujos de la urna ha sufrido un gran desgaste por el paso del tiempo y sin duda debido a su enterramiento.
LOCALIZACIÓN